domingo, 10 de julio de 2011

Dictadura hasta el final !!. El sindicalista Eduardo Saborido

El sindicalista Eduardo Saborido Galán nace en Sevilla el 5 de febrero de1940. Desde muy joven participa en actividades sindicales en la empresa donde trabaja, Hispano Aviación, destacando más tarde como líder del sindicato del Metal. Como consecuencia de esta actividad es detenido en varias ocasiones y procesado tres veces. En 1969 cumple destierro en Jaén y, luego, la condena de los anteriores procesos. Es uno de los fundadores del sindicato Comisiones Obreras y en esta etapa consolida el sindicato en Sevilla junto con Fernando Soto Martín y Francisco Acosta Orge. Este trabajo lo realizó en la clandestinidad, a la que pasó por una condena de seis años y un día al haber sido juzgado en rebeldía. El nombre que utilizó fue el de "Jesús Sánchez".

En junio de 1972 es nuevamente detenido junto con toda la coordinadora nacional de CC.OO., lo que daría lugar al proceso 1001, siendo condenado a 20 años y un día y seis meses y un día por otro lado. En 1975, tras la coronación del Rey, es amnistiado.

Ha sido miembro del comité ejecutivo de CC.OO., secretario general de Andalucía, miembro del comité central del PCE y del ejecutivo. En 1979 fue elegido para el Congreso de los Diputados, aunque lo abandonó en septiembre del mismo año. Ha sido parlamentario de Andalucía y pertenece a Izquierda Unida..[ Ateneo de Cordoba ].

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. El sindicalista Eduardo Saborido recuerda las perrerías que sufrieron en el estado de excepción declarado por Franco en 1969, un periodo, los años finales de la dictadura, poco conocido y en ocasiones dulcificado...Si tú estabas en la cárcel y te metían una sanción de celda de castigo, como me pasó a mí, y salías en libertad sin cumplir toda la sanción, cuando volvías porque te detenían otra vez, aunque hubiesen pasado años, tenías que cumplir la parte que te faltaba.

Eduardo Saborido recuerda así, junto a varios compañeros presos políticos.sus vivencias en la carcel en ..un régimen que, consciente de su debilidad a medida que aumentaban las protestas, se revolvía recrudeciendo la represión..

"El cuerpo se lo pusieron morado, macerado ya y con heridas abiertas de las palizas que le habían dado en los oídos, en los costados, en la espalda y en los muslos... Era horroroso lo que le hicieron (...) Cuando lo volví a ver fue en la cárcel. Había perdido 14 o 15 kilos. Era otro Curro", cuenta Francisco Sánchez Legrán..


María José cuenta "Y yo pensaba, pero bueno, ¿mi marido qué es lo que ha hecho? ¿Ha matado? ¿Ha robado? ¿Qué ha hecho mi marido? Si lo único que ha hecho ha sido defender a la clase trabajadora. Qué hija de la gran puta, me decían, hasta que no lo ha visto no se va", reflexiona indignada María José, que parió en una tabla como un animal en El Aaiún, donde fue acompañando a su marido, José María Arévalo. Él fue uno de los deportados oficialmente, pero las mujeres, los hijos, los amigos... también fueron deportados, .


La soledad y la indefensión fueron las principales sensaciones a las que se enfrentaron estos luchadores por la libertad, de quienes a veces lo único que quería el franquismo es que supieran quién mandaba allí. "Ya se te acabó el cuento de las 72 horas, ¿eh? Ahora ya te podemos tener aquí lo que nos dé la gana. Me temblaban las piernas", cuenta Ramón Sánchez. El estado de excepción ocho veces declarado hacía saltar por los aires el plazo máximo para retener a una persona en comisaría....

Y si la tortura física era inaguantable, la psicológica podía llegar incluso a producir un mayor dolor, como cuenta Manuel Velasco, que era menor cuando fue detenido, o José María García Márquez, que mientras era interrogado vio a otro compañero, José Luis Guillén, muerto de miedo: "Recuerdo la nuez cómo subía y cómo bajaba, eso lo tengo grabado". Estaban a merced de los represores. "No sabías lo que te iba a pasar, te chuleaban, jugaban con que alguien había hablado de ti y que, dijeras lo que dijeras, ellos ya sabían quién eras y si no se lo inventaban. Te dejaban en el calabozo sucio y oscuro, con un banco de mármol frío, solo con tus pensamientos y tus miedos", añade Saborido.


El único momento de relajación llegaba al pasar a la cárcel, aunque antes aún había que superar la prueba de los jueces, la "prolongación" del mecanismo represor. no hay ningún caso en que jueces o médicos, tras comprobar el estado físico de los torturados, denunciaran estas prácticas. Estaban solos dentro, pero también fuera, en la sociedad civil. "Salvo contadas y honrosas excepciones", como recuerda Martínez Foronda, hubo provincias en España donde ni siquiera encontraron abogados que los defendieran...


Venga, ahora a ver quién tiene narices de meter una crítica a Comisiones Obreras [ seguro que algunos hay , sobre todo lo que nunca dieron la cara por nada ni por nadie ]., Los fundadores de CC OO se jugaron la libertad y el pellejo más de una vez. !! Dicen amuchos ¿Ahora ya no es lo que era? Por culpa de la pérdida de conciencia de clase del conjunto de los trabajadores (no sólo de los afiliados a los sindicatos ) que lo hemos permitido.!! Dejad de criticar a la mayor herramienta de los trabajadores para defender sus derechos y tratad de echar de ella a quienes nos la han robado...

Adolfomayo

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